Santorini de ensueño.

Un archipiélago Griego

Uno de los lugares que he tenido la oportunidad de conocer, de los que puedo decir que me ha quitado el aliento, es Santorini en Grecia. Es un pequeño archipiélago que forma parte de las Islas Griegas. 

Este destino formaba parte de un crucero por Grecia y Turquía.

Luego de 3 días de crucero finalmente llegamos a Santorini, diría yo que fue la principal razón por la que elegimos, mi hermana y yo, esta ruta. 

Nos llevaron desde el barco, en un pequeño bote-taxi hasta el puerto de Santorini, que para poder recorrerlo hay subir al tope de la isla. 

Para lo que solo hay dos opciones; el mini teleférico o el tradicional burro. Nos moríamos por hacerlo de la manera tradicional, pero lamentablemente teníamos el tiempo limitado, solo teníamos una tarde para recorrer la isla, por lo que debíamos optimizar el tiempo. Las filas para los burritos era interminable, a lo mejor dos horas de espera, por lo que optamos por el teleférico. 

Finalmente llegamos a la cima, comenzamos a caminar y te vas tropezando vistas que te dejan sin aliento. 

Nos habían recomendado ir a Oia, una zona/barrio que diría yo es lo mas tradicional que te imaginas de una isla Griega, vistas espectaculares y la típica arquitectura, callecitas mínimas, paredes blancas y  techos azules.

Las terrazas, las vistas, cafés, escalinatas todo tiene su encanto, provoca perderse entre esas calles para descubrirlo. 

Contemplar desde la cima la inmensidad del mar Egeo y las demás islas a su alrededor, te hace sentir totalmente afortunado. 

Santorini es, de alguna forma lo que queda de un archipiélago que se formo de una enorme explosión volcánica. 

Al ser una isla volcánica, sus playas no son como estamos acostumbrados, de arena y mucho menos blancas. 

Aun con el poco tiempo que teníamos necesitábamos ver mas, así que tomamos un bus y nos fuimos a una de sus famosas playas, Kamari beach. Con sus cinco kilómetros de arena oscura y volcánica, es una de las playas mas emblemáticas de Santorini. 

Para nosotros era algo totalmente diferente a lo que habíamos visto nunca, y por supuesto teníamos que  bañarnos en ese sitio de aguas cálidas y arenas volcánicas.

Kamari Beach

Pudimos disfrutar un par de horas de la playa, para luego ir al puerto y tomar el bote-taxi, para regresar al barco y prepararnos para el siguiente destino.

Sin duda, para mi ha sido un sueno hecho realidad haber tenido la oportunidad de conocer esta isla que te enamora con tan solo estar allí y contemplarla.